En 1943 la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció a Nikola Tesla la patente de la invención de la radio que en 1909 había dado el Nobel a Marconi, un reconocimiento que llegó cuando el inventor había muerto ya abandonado por todos, en soledad y pobreza, en Nueva York. Nikola Tesla había nacido en Croacia en 1856 y es una de las mentes más brillantes de todos los tiempos, un visionario que se adelantó a su época y cuyo nombre, sin embargo, ha desaparecido de los libros y del imaginario colectivo. Hoy inauguramos un nuevo espacio sobre Ciencia al que hemos llamado “El Efecto Tesla” y queremos rendir homenaje al hombre que inventó la corriente alterna, el motor de inducción eléctrica, experimentó con los rayos X, el láser, los misiles teledirigidos, el WiFi, construyó el primer aparato de radiocontrol, fue capaz de enviar electricidad a distancia sin hilos, construyó la primera central hidroeléctrica en las cataratas del Niágara … además de cientos de inventos más y abogaba por una energía limpia, renovable y gratuita para todos, y todo esto, en el siglo XIX. El hombre que dijo: “el presente es de ustedes, pero el futuro me pertenece”. Miguel A. Delgado, escritor, crítico de cine y autor de un ensayo sobre Tesla (“Yo y la Energía” ed. Turner) nos acerca la figura del gran genio olvidado