La vida de Isabel Pantoja siempre ha parecido sacada de una película. En esta segunda parte, en Huellas de Elefante recordaremos cómo fue su vuelta a los escenarios, tras la trágica muerte de Paquirri. Corría la primavera de 1990 y la tonadillera dejaba su reclusión para comenzar una nueva etapa de conciertos completamente resplandeciente.
Isabel se convierte en el foco de la prensa y todo el mundo quiere conseguir una imagen de "la Pantoja". Sería en ese momento cuando aparecen unas imágenes de Isabel Pantoja en la playa, unas imágenes que no tendrían mayor interés si no fuera porque en esa playa también se encontraba su amiga la locutora Encarna Sánchez. Un reportaje que no se llegó a publicar de manera íntegra y una relación de amistad que haría correr ríos de tinto durante muchos años.
Del mismo modo, ocurriría tras la grabación de la película "Yo soy esa" en la que Isabel Pantoja debuta en el cine junto a un jovencísimo José Coronado. Entre ambos existe una química especial y todo el mundo hablaba de romance, una relación que la tonadillera jamás quiso reconocer.
Con los años su relación con Encarna Sánchez empezó a enfriarse y el distanciamiento entre ambas se hacía evidente. Más todavía, tras la publicación de unas imágenes en la revista Lecturas en las que podía verse a Isabel Pantoja disfrutando de un animado día de playa al lado de María del Monte. Las dos cantantes se harían inseparables hasta tal punto que cuando Isabel Pantoja decide ser madre por segunda vez y adoptar a la pequeña Chabelita en Perú, María de Monte se convirtió en la madrina de la pequeña.
Con los años, la amistad que parecía inseparable entre María del Monte e Isabel Pantoja también se rompería. Una relación rota que ha enemistado a ambas hasta el día de hoy.
Sería en 2002 cuando Isabel Pantoja volvería a enamorarse, en esta ocasión de Diego Gómez una relación breve pues Julián Muñoz apareció en la vida de la tonadillera. El que fue alcalde de Marbella comenzó un romance con la tonadillera, una relación que comenzó cómo idílica y que terminó con Isabel Pantoja cumpliendo condena en Alcalá de Gudaira por su implicación en el "Caso Malaya".
Ahora, Isabel Pantoja ha vuelto a renacer de sus cenizas y está viviendo una nueva vida.