El primer novio conocido de Norma Duval fue Jorge García Lago, un millonario aristócrata con el que la artista estuvo prometida.
Cuando anunció la noticia del enlace, añadió que tras la boda se retiraría de los escenarios para dedicarse a su familia.
"Yo me caso por amor y lo demás apenas me importa" decía la propia Norma en una entrevista.
Así, dejó su trabajo en el Folies Bergère y se instaló en el piso de Madrid de su familia política donde Elvira Lago, su futura suegra, la encerró para impedir que asistiera como invitada a un programa de televisión. Norma, por su parte, la acusó de detención ilegal.
Por el contrario, Elvira, la denunció por allanamiento de morada.
En los juzgados de Plaza de Castilla, Jorge le da la razón a su prometida aunque esta decida que ya no quiere volver a verle.