En octubre de 2016 la prensa británica desvela la relación entre el príncipe Harry y la estrella de televisión estadounidense Meghan Markle.
De la noche a la mañana, la actriz pasa a ser el principal objetivo de los fotógrafos que quieren conseguir la mejor instantánea de la americana que ha robado el corazón del hijo pequeño de Lady Di y Carlos de Inglaterra.
En ese momento, Meghan empieza a ser víctima de un aluvión de insultos racistas debido a sus raíces africanas.
A pesar de todo, la novia del príncipe demuestra que es capaz de dejarlo todo por amor cerrando su blog, donde volcaba todas sus vivencias.
Poco a poco, la pareja va afianzándose y empiezan a asistir a eventos juntos.