En agosto de 1987 se registra la primera huella televisiva de quien se convertiría pronto en una gran figura del toreo, Jesús Janeiro Bazan, más tarde conocido como Jesulín de Ubrique, cuando tan solo tenía trece años.
Ese día participaba en una novillada de promoción que se celebraba en la plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Era su segunda temporada en los ruedos.
Todavía es apenas un niño pero demuestra un arrojo y una valentía que tiene a sus paisanos totalmente entregados a su arte.
A finales de 1989, Jesulín alcanzó el segundo puesto del escalafón de novilleros, por detrás de Enrique Ponce