Después de la muerte de la duquesa de Alba, la relación entre sus hijos empezó a deteriorarse y se fueron alejando poco a poco a pesar de que una de las últimas voluntades de Cayetana fue que los hermanos permanecieran unidos.
"Mi madre lograba juntarnos porque capitaneaba todo, pero cuando se fue hubo una confusión muy grande. Se nota su ausencia y cada uno está intentando encontrar su sitio", afirmó Cayetano Martínez de Irujo en una entrevista.
Pero según Paloma García Pelayo no todo es lo que parece porque "detrás de esa verdad que cuenta Cayetano, oculta muchas otras de las que él es responsable y no para bien".