El Ayuntamiento de Alcalá de Henares, gobernado por PSOE, Somos Alcalá e IU, ha anunciado que mantendrá congelados los impuestos para las familias el próximo año, aunque habrá un ajuste al alza que notarán sobre todo las empresas de mayor tamaño instaladas en la ciudad.
Los cambios contemplados en el proyecto de ordenanzas fiscales para 2016, que el Ejecutivo defenderá el próximo lunes en el pleno, afectarán a la liquidación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y del Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, tributo también conocido por el nombre de 'plusvalía'.
En el caso del IBI, el tipo de gravamen para las viviendas de uso residencial continuará siendo el 0,43, lo que asegura a los vecinos que el importe del recibo no subirá, según ha señalado en una rueda de prensa el concejal de Hacienda, Fernando Fernández Lara.
Sin embargo, un mayor número de empresas que desarrollan en la actualidad en la ciudad una actividad en los sectores industrial, comercial o de oficinas, deberán liquidar el próximo año un IBI con un tipo de gravamen de entre el 0,75 y el 0,80. Hasta un máximo del 10% de empresas encuadradas en esos sectores pagará un IBI ajustado a esos tipos, mientras que en la actualidad solo lo hacen las 50 firmas de cada uno de los sectores propietarias de los inmuebles con mayor valor catastral.
Según Fernández Lara, el "ajuste redistributivo" afectará aproximadamente unas a unas doscientas empresas y permitirá al Ayuntamiento mejorar en un 4% la recaudación por este concepto, lo que se traducirá en un aumento de 1,5 millones de euros en los ingresos.
En ese sentido, el edil ha avanzado que los cambios en el IBI marcan el "inicio de un plan de solvencia" para sanear las cuentas del Consistorio y dejar atrás la práctica de "presupuestos ficticios" llevada a cabo durante los gobiernos del PP en los últimos doce años, ha criticado.
Al aumento de la recaudación contribuirá también, pero en menor medida, la actualización de los coeficientes aplicados en la liquidación del impuesto de plusvalía, que se situarán en el 17%, aún lejos del 30% que ciudades similares a Alcalá en la región, como Torrejón de Ardoz, mantienen vigentes, ha señalado Fernández Lara.
Además de los cambios en el IBI y la plusvalía, el tripartito no planea otras medidas para aumentar la presión fiscal, como la creación de nuevas tasas, con el objetivo de atender la deuda municipal, cuyo importe asciende a 261 millones de euros, o solventar la falta de liquidez del Ayuntamiento, con problemas para hacer frente en la actualidad al pago de facturas pendientes por valor de doce millones de euros.