En apenas 24 horas nos toca despedirnos de ese querido verano repleto de viajes, planes y nuevas intenciones para entrar de lleno en el otoño, una estación que no gusta a todos.
Y es que el otoño, que durará 89 días y 20 horas, provoca en numerosas ocasiones decaimiento, apatía, falta de apetito, insomnio o fatiga.
Los termómetros caen en picado, el sol da paso a la lluvia y los días, poco a poco, tienen menos luz, un cóctel que a muchos les provoca algún que otro desajuste.
Todo esto es normal, según dicen los expertos, ya que necesitamos un tiempo de adaptación a la nueva estación.
Pero no todo son malas noticias porque en ‘Juntos’ hemos reunido una serie de consejos para sobrellevar mejor estos cambios:
- Adaptar las horas de sueño a las nuevas horas de luz
- Hacer deporte para despejarnos
- No abusar de los carbohidratos
Y, aunque los planes de ocio ya no pueden ser los mismo que en verano, dejando atrás la piscina y tomar el sol, podemos aprovechar que hace menos calor para hacer excursiones, por ejemplo, a la montaña.
“Este síndrome afectivo estacional es más fuerte que el de la primavera porque se desregula tanto la melatonina, hormona del sueño, como la serotonina, hormona del placer, por esos cambios biológicos que tienen que ver con los biorritmos”, ha aplicado la psicóloga Ana Villarubia.