María es madre y vive con su hija, su pareja y su suegro. Aunque ha aprendido a convivir con su obesidad le cuesta ser feliz: “Aprendes a sobrellevarlo pero no aprendes a ser feliz al 100%.”
Ella nunca fue una chica muy delgada pero empezó a engordar a partir de los 16 años y ahí empezaron sus complejos: ”Mis piernas son super grandes. Con lo grandes que son y lo que cuelga…me da mucho complejo.”
Su punto débil es el dulce: “Prefiero muchas veces comerme un dulce antes que un plato de comida. Me intento esconder para que nadie me vea comer.”
María vive acomplejada por la opinión de la gente, quiere superar sus miedos y sentirse bien con ella misma.