El hígado es un órgano imprescindible que realiza más de 500 funciones, entre ellas metabolizar azúcares, grasa y producir proteínas que favorecen una correcta circulación de la sangre.
Hablamos de hígado graso cuando este órgano acumula demasiada grasa. En buena parte de los casos esta circunstancia apenas producirá síntomas (molestias digestivas, sensación de cansacio...), pero en ocasiones esa grasa puede causar inflamación y daño celular, hasta incluso acabar en cirrosis o cáncer.
Son factores de riesgo el sobrepeso, la obesidad o la diabetes. Y de hecho una de cada cuatro personas lo padecen, aunque muchos de ellos lo desconocen. Por ello, para mantener un hígado sano es recomendable una alimentación saludable y realizar actividad física, así como evitar el exceso de alcohol o las grasas industriales.