Científicos del CSIC han descubierto la presencia de etanolamina, una molécula clave para el origen de la vida, en el espacio interestelar. El hallazgo supone un punto de inflexión en el estudio del origen del universo y también en el estudio del origen de la vida en nuestro propio planeta, explica Rafa Balaguer en Madrid Directo.
La etanolamina contiene cuatro elementos químicos clave para la vida, tal y como la conocemos hoy: el oxígeno, el carbono, el hidrógeno y el nitrógeno, a los que podríamos añadirles luego otros elementos como el fósforo y el azufre para completar esa receta mágica que daría origen a la vida, dice Balaguer.
Esta molécula permite formar las membranas celulares que dotan de una estructura fija a la vida, para su posterior replicación, el proceso básico en la evolución.
Por eso, este hallazgo permite teorizar sobre la existencia de vida más allá de la Tierra: “Se puede generar vida en cualquier lugar del cosmos... Seguro que no estamos solos”, dice rafa Balaguer. Pero también sobre el origen de la vida en nuestro planeta.
Y es que, otro aspecto interesante de este descubrimiento, explica Balaguer, es que la molécula se ha detectado en nubes de gas del espacio interestelar, es decir, que no está asociada a ningún planeta, a un asteroide, a un cometa…
Se trata por tanto de una molécula viajera, lo que habría hecho posible un origen extraterrestre de la vida en la Tierra: “Hasta ahora pensábamos que el cosmos era una estepa estéril, pero hemos comprobado que no es así”, asegura Balaguer.