"La cocina madrileña ha aportado mucho, pero sin darse importancia"
Redacción
¿Existe realmente una cocina propiamente española? Es la incógnita que trata de despejar Miguel Ángel Almodóvar en ‘Eso no estaba en mi libro de cocina española’ (Almuzara), un resumen cronológico de la historia de la gastronomía de nuestro país, “desde las gachas de los iberos al melón esferificado de Ferran Adrià”, explica el autor en Madrid Directo.
Como ocurre en otros ámbitos de la cultura, deberíamos hablar en plural de nuestro legado gastronómico: “Realmente no existe una cocina española, sino una suma de cocinas regionales”, asegura Almodóvar.
Al contrario de lo que ocurrió en otros países que consiguieron afianzar una marca gastronómica propia, la cocina española no ha conseguido forjar una marca claramente identificable.
Mientras que en Francia, París, asimila varios platos regionales para crear la cocina francesa, mundialmente conocida, en Madrid no ha ocurrido lo propio. “Madrid acepta a todo el que va viniendo como suyo, pero diferenciado”, sostiene.
Pero más allá del cocido, la cocina madrileña tiene su propia identidad. “Madrid tiene una cocina interesante porque resume la cocina palaciega, por un lado, y la popular por otro”, explica Almodóvar. Gallinejas y sopa de cebolla en un mismo ámbito gastronómico. “La cocina madrileña ha aportado muchísimas cosas a la cocina española, pero sin darse importancia”, dice el autor.