El Gobierno quiere reactivar la nueva La Ley de Educación, que derogará la Lomce. Según los padres y profesores de alumnos con necesidades especiales, la conocida como Ley Celaá prevé un cierre progresivo de los centros de educación especial y mantener tan solo los necesarios para alumnos que requieran una atención muy especializada, aunque el Gobierno lo ha negado "rotundamente".
Hablamos de la polémica norma con Luis Rojo, de la plataforma 'Educación inclusiva Sí - Especial también'; y con Vanessa García, hija Manolo Escobar y madre de un niño con necesidades especiales.
Este punto de la nueva ley, integraría a los alumnos con necesidades especiales en los centros ordinarios, una circunstancia que, según los padres, sería muy perjudicial para estos niños.
"Nuestros hijos no tienen tiempo que perder", dice Rojo. "Necesitan atención especial que no pueden conseguir en colegios ordinarios, donde siempre van a ir por detrás".
Por eso defienden unos centros donde les den "herramientas para sacar todo su potencial" y no "conocimientos que no les van a servir para nada en la vida real", afirma Vanessa.
Los padres de niños con necesidades especiales niegan que estos centros supongan una "segregación" y defienden la necesidad de que estos niños compartan espacio común: "Tienen que relacionarse en las aulas con otros niños como ellos, que estén en sus mismas circunstancias", afirma Rojo.
Además, cuando salen de las aulas "se relacionan con todo tipo de gente", añade Vanessa.
Para estos padres, los profesores de colegios ordinarios no pueden atender las necesidades específicas de estos niños: "Les vamos a pedimos a lo profesores que sean héroes, si les llevamos a nuestros hijos; algunos no siquiera tienen la capacidad de comunicarse", dice Rojo.
"Las instalaciones de los centros convencionales tampoco están adaptadas o no tienen recursos para ofrecer actividades como fisioterapia, logopedia o psicomotricidad, que sí tienen los centros especializados", concluye Vanesa.