Un equipo de Madrid Directo ha tenido la oportunidad de conocer, de primera mano, cómo es el entrenamiento de los caballos que se emplean para una corrida de rejones o rejoneo, domados específicamente para lidiar un toro bravo.
En la finca de Raúl Martín Burgos, desde bien pronto, se pone en marcha toda la maquinaria. "Así arrancamos todos los días, quitándoles todo el estiércol sucio de la noche y luego ya les echamos lo que es la paja más limpia para que ellos estén bien", nos explica Pascual.
Chicuelo, un caballo de 4 añitos, se está iniciando en el toreo y desde la finca le auguran un gran futuro. Raúl lleva toda la vida dedicado al rejoneo. "Desde niño debuté como profesional a los 16 años y han pasado yo creo que son 28 años en activo".
En Las Ventas ya debutó en el año 2000. "He tenido una continuidad tanto en Madrid como en otras muchas plazas, pero bueno, Madrid siempre es la que te motiva y te ilusiona, y he tenido triunfos importantes, entonces estoy contento".
La finca cuenta con unos 50 caballos. "Tengo un proyecto en el cual me he ilusionado mucho, que es una escuela de rejoneo en la que estoy preparando a varios alumnos", nos cuenta Raúl Martín.
Alumnos como José Luis, que con tan solo 19 años tiene clara cuál es su pasión. "La verdad que es uno de los alumnos aventajados, es el que lleva conmigo quizás más tiempo aquí en la escuela montando. Yo creo que este año ya estará preparado para debutar".
Una de las cosas que llaman la atención en el rejoneo es lo engalanados que salen los caballos a la plaza. "Tienen que estar impecablemente ataviados. Cuando los haces las trenzas, los adornos, bien vestidos, la verdad que es un espectáculo".
Una vez en pista, preparan el calentamiento, a trote, a galope y el carretón. "Hay que ensayar mucho para que luego en la plaza todo el trabajo que se hace aquí salga a la perfección. Es un animal, está en movimiento y tienes que tener mucha destreza".