Recorremos uno de los barrios del distrito de Chamartín. Ensanche de la capital en la segunda mitad del siglo XIX, hoy una zona de contrastes entre callejuelas e importantes avenidas junto al Madrid financiero. Descubrimos el barrio de Prosperidad.
Entre sus edificios, uno único e icónico en la arquitectura madrileña, de estilo organicista y brutalista. 81 metros de altura y 23 plantas. De 1969, las Torres Blancas, que ni son torres ni blancas.
"Fue un encargo de Juan Huarte, un constructor que también encargó a Oiza construir el edificio residencial mejor del mundo". La forma tan peculiar del edificio se debe a que "el arquitecto siempre decía que Torres Blancas era como un gran tronco de árbol en el que sus formas redondeadas, que son las terrazas, eran como las hojas de la copa", nos cuenta Antonio Mora, arquitecto de Studio Noju.
Entre sus zonas verdes, nos encontramos con un parque inaugurado en 1980 que cuenta con más de una hectárea de pinar en honor al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. Este limita con el barrio de San Juan Bautista y el barrio de Ciudad Lineal.
"Se crea el parque a partir de un descampado. Cuando se inaugura en junio, que ha fallecido tres meses antes, se aprovecha y se le pone como denominación al parque Félix Rodríguez de la Fuente", nos explica Juan Ramón Martínez, Jefe de Rehabilitación de Zonas Verdes del Ayuntamiento de Madrid. Se trata de un parque muy de barrio con diferentes servicios para los vecinos como, por ejemplo, la zona de calistenia.
Paseando el barrio, nos topamos con un punto de encuentro. Un negocio con medio siglo y dos platos estrella, castizos y con premio: los callos a la madrileña y las patatas bravas. Hablamos de la Cervecería Alonso.
Sus callos son tan reconocidos que compitieron a nivel mundial, quedando en cuarto lugar detrás de Estrellas Michelín. Conocido sobre todo por los callos y las bravas, en este establecimiento nos podemos encontrar con todo tipo de platos tradicionales.
De un top gastronómico del barrio a un hotel cinco estrellas: el Puerta de América. Cada una de sus plantas cuentan con un diseño original y fueron creadas por 19 estudios de arquitectura de 13 nacionalidades diferentes.
"El hotel se hace porque es el sueño del propietario que adoraba el arte y la arquitectura. Contrata a los mejores arquitectos de ese momento. Sigue siendo pionero. Somos el único hotel y edifico en el mundo que tiene cinco Premios Prisca dentro del mismo proyecto", nos cuenta Sara Díaz.