Cruzando la península de sureste a noroeste transcurre atravesando Madrid un tramo del conocido Camino del Sureste, que recorremos y descubrimos con Esther y Ángel, miembros de la Asociación del Camino de Santiago.
Un puente romano, ubicado en el término de Cenicientos, nos separa del recorrido que viene de Castilla La Mancha. "Este puente está construido en la época de la Hispania romana en el siglo I antes de Cristo y pasa sobre el Arroyo de Cantarranas", nos explica Ángel.
Llegando a Cadalso de los Vidrios encontramos la Fuente del Pilar. "Se construyó en esta zona, que es el camino real, y servía como abrevadero de los animales. No es agua potable, pero nos podemos refrescar en ella. La construcción en sí es de estilo herreriano y el caño de piedra por donde sale el agua", nos cuenta Esther.
¿Quién inició el fenómeno de las flechas amarillas por el camino? "El párroco de O Cebreiro, que se llamaba Elías Valiña, estuvo dando la lata un montón a las autoridades y al final coincidió con la época que cambiaron la pintura amarilla de las carreteras por la blanca y le regalaron todo un cargamento de pintura amarilla que había, y por eso empezó".
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Este tramo del camino, de unos 20 kilómetros de ruta, cruza el municipio de Cenicientos. Atravesando este, los peregrinos suben por plena naturaleza hasta Cadalso de los Vidrios, donde encontramos baldosines con la concha peregrina por toda la localidad. Asimismo, la oficina de turismo es un lugar de referencia, ya que aquí se sella la credencial.
Muchos de los peregrinos que pasan por Cadalso hacen parada en su iglesia, que se comenzó a construir en el reinado de Isabel la Católica. "Tenemos un albergue a la espalda de la iglesia. Además, aquí también celebramos bastante del Día de Santiago y sacamos al santo al atrio", añade Rosario, vecina del municipio.
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Dejando ya Madrid atrás, el Camino del Sureste se une por caminos de ciudades castellanoleonesas al de la Vía de la Plata o el Camino Francés.
