Trasgu es el primer lince boreal que nació en la Península Ibérica en los últimos cien años. Tras un periodo de adaptación de un año, estrena nuevo hábitat en el Centro de Fauna Kuna Ibérica, en Navas del Rey.
"Cuando es un felino tiene que tener diferentes aspectos, sobre todo de seguridad. Un peine que se coloque en la parte superior para que no puedan trepar o escaparse, tenemos también 5 líneas de pastor eléctrico para evitar que se acerque y luego aparte lleva un collar con radiotransmisor por si en algún momento se produjese un extravío tenerlo localizado", nos explica Isaac, su cuidador.
Trasgu es el único superviviente de una camada de tres que tuvo una pareja de linces boreales que habita en el Centro de Recuperación Vegapope en Cangas de Narcea. Formaba parte de un proyecto de reintegración de esta especie extinta en Asturias desde hace más de un siglo. Sin embargo, debido a problemas burocráticos, Trasgu tuvo que cambiar de destino.
Los animales de Kuna Ibérica no sobrevivirían en un entorno salvaje y dependen del ser humano para alimentarse. Cada día consumen en torno a 40 kilos de comida entre carne, pienso, verduras e insectos.
La dieta de Trasgu se basa sobre todo en carne de ave, ternera, cerdo o conejos de campo. "Siempre presa muerta, es decir, nunca le metemos animales vivos. Realmente ya ha perdido la impronta de cazar, entonces seguramente juegue con él y al final nos toque sacrificar al animal", nos cuenta Isaac.
"Lo pasa mal la presa, lo pasamos mal nosotros los cuidadores, que no nos gusta que sufran los animales y, por eso, le damos siempre presa muerta. Son sobre todo animales geriátricos, es decir, muy mayores o contara con problemas de amputaciones y demás", añade.
En este centro cuentan con más de cien animales de diferentes especies silvestres, como dos ejemplares de lobo ibérico o reptiles que formaban parte de la historia de Madrid, las tortugas que se encontraban en la Estación de Atocha. "El estanque que tenían no estaba diseñado para albergar tortugas".