Aldea del Fresno se ha visto sumido en la desesperación desde que la DANA asoló la región hace un año y medio. Desde entonces, el agua que fluye por sus grifos ha dejado de ser un recurso confiable, convirtiéndose en un problema cotidiano para sus vecinos.
El color del agua, en ocasiones similar al del petróleo, es solo una de las múltiples preocupaciones que atormentan a los vecinos. "Están todos los vasos llenos de tierra, de agua sucia", expresa Puri, mientras sostiene un vaso con el líquido que cae del grifo de su cocina.
Esta situación ha causado estragos en su casa: su cafetera ha dejado de funcionar y ha tenido que reemplazar su calentador en tres ocasiones debido a la mala calidad del agua. "El postizo se me quedó oscurísimo", agrega, recordando cómo el agua contaminada afectó incluso su dentadura postiza.
No solo preocupa el aspecto visual del agua; el olor también se ha convertido en una barrera para llevar a cabo actividades básicas como ducharse o lavar utensilios. "Estamos lavándonos con agua sucia", lamentan mientras reflexionan sobre las implicaciones para la salud.
El pasado 3 de enero, el Ayuntamiento decretó no potable el agua del municipio. "Es el único comunicado transparente que revela que hay una analítica que confirma la falta de potabilidad, pero los resultados no los quieren hacer públicos", denuncia Juan, un vecino preocupado por la falta de información.
Como medida temporal, se han implementado dos camiones cisterna para proporcionar agua potable a los vecinos. "Estoy recogiendo agua para la limpieza de la casa; si no tendría que hacerlo con agua sucia. Me la llevo para eso, para el cuarto de baño, para los platos", nos cuenta Eduardo. Sin embargo, muchos se ven obligados a acudir varias veces al día para abastecerse.
La incomodidad va más allá. "Llevamos una temporada que nos pica el cuerpo, que nos pica todo y no sé qué consecuencias nos va a traer esto", advierte otra vecina angustiada. Los habitantes de Aldea del Fresno exigen respuestas y soluciones inmediatas, deseando con ansias volver a disfrutar del agua limpia y segura que una vez fluyó por sus grifos.