Lo han vuelto a hacer. Los comercios del barrio de El Cañaveral, ubicado en el distrito madrileño de Vicálvaro, están cansados de sufrir robos. Los vecinos demandan más patrullas y vigilancia constante en sus calles.
En menos de un mes es la segunda vez que entran en el restaurante de María. Un hombre con extintor en mano espera mientras de un vehículo salen varios individuos con un único objetivo, la recaudación de las máquinas recreativas del bar.
Las cámaras de seguridad del restaurante captan como uno de los ladrones la emprende a mazazos con la máquina tragaperras mientras otros dos deambulan por el local para hacerse con el dinero de la caja. Justo hace un mes sufrieron el otro robo. "La cerradura la han arrancado y han tirado la puerta hacia fuera. Entró corriendo hacia el almacén y hacia la caja", nos contaban.
La noche del pasado miércoles no fue el único local que visitaron. "Intentaron entrar a robar. Ya nos habían robado anteriormente, pero esta vez no lo consiguieron. Lo tienen bastante planeado. Entran, intentan robar, cuando se meten dentro hay gente en la esquina vigilando, O sea, hay varios coches", nos cuenta Raquel, responsable de otro restaurante del barrio.
Gracias a un sistema de seguridad instalado recientemente en el que salta la alarma al primer golpe, los ladrones no consiguieron su propósito. "Pero el cristal sí que lo llegaron a romper", añade Raquel.
El barrio pertenece a Vicálvaro, pero podría tratarse de una isla. Únicamente existen dos entradas y salidas al mismo: la Avenida de Miguel Delibes, donde están cometiendo los robos, y la Avenida de Blas de Lezo, que se comunica a su vez con la M-45 y la R-3. La cercanía a estas carreteras estaría facilitando la huida de los ladrones.
Los residentes denuncian la falta de seguridad en la zona y raro es el que no ha vivido un robo en directo desde su ventana. "Te despiertas por la noche a base de golpes y ya han robado todos los locales de abajo", nos cuenta uno de los vecinos que ha presenciado hasta tres robos. Piden medidas antes de que la situación se agrave por completo.
Y no solamente en los locales, también entran a robar en urbanizaciones y garajes. "Luego aquí también hay mucha inseguridad porque los bulevares los tenemos sin luz. Hemos pedido en repetidas ocasiones que nos pongan iluminación porque es otra variable también para que vengan los ladrones y no hacen caso".