La desaparición de la joven sevillana Marta del Castillo en 2009 provocó la creación de un grupo muy especial de la Guardia Civil. Son perros con un olfato de élite, capaces de localizar cadáveres en las profundidades marinas. Han participado en operativos de búsqueda como el de Blanca Fernández Ochoa. Un equipo de Madrid Directo tiene la oportunidad de verles trabajar.
A la Guardia Civil les llega el aviso de que dos individuos en una barca han echado un bulto sospechoso en el Embalse de Valmayor. "Al parecer, dos personas que iban conduciendo una embarcación han tirado algo extraño al embalse y un testigo ha situado que posiblemente sea un cuerpo".
En esos momentos, se viven momentos de mucha tensión. Una vez en las barcas, recorren el embalse para tratar de localizar el cuerpo sin vida con la ayuda de los olfatos caninos de la Guardia Civil, capaces de detectarlos desde 600 metros de distancia.
"El perro lo que hace es una búsqueda en proa. Va a intentar buscar el olor que sale a la superficie rompiendo las láminas del agua saliendo a la atmósfera y detecta esas partículas olorosas que salen al ambiente".
"A diferencia de las personas vivas, todos los cadáveres en descomposición huelen exactamente igual". Baguira, uno de estos agentes caninos, ha llegado a testar un cuerpo a 50 metros en el Pantano de San Juan.
El perro marca el punto donde podría encontrarse el cadáver y se tira al agua y, tras él, su guía. Una vez localizada la zona y reconfirmado por un segundo perro, acuden los buzos para la búsqueda subacuática del cuerpo. ¡Que no cunda el pánico! Esto es solo un simulacro.