Los vecinos de San Martín de la Vega están desesperados ante la problemática que tienen con cuatro árboles que están pegados a sus viviendas. Denuncian la suciedad que generan y los problemas estructurales que está ocasionando a las casas.
"Nosotros llevamos en estas casas unos 20 años y no estaban aquí. Los chopos suelen ser árboles de río y no suelen estar en la ciudad", cuenta una de las vecinas. Uno de los principales problemas que ocasionan es la pelusa que sueltan en esta época.
"Te puedes imaginar lo complicado que es respirar en esta zona. Tenemos vecinos con alergias, hasta un señor mayor con problemas de pulmón que tiene que ir a vivir a casa de su hija porque aquí no puede estar. Tampoco podemos abrir la piscina porque las pelusas me atascan la depuradora. Pero no queda ahí la cosa, también atascan las cañerías de los vecinos", explican.
Los operarios de limpieza están por la mañana regando la zona, pero, según los vecinos "es peor". "Al regar con agua, toda esa pelusa y el polen cae sobre nuestras casas y genera muchos bichos e insectos. Ya tenemos varios vecinos con picaduras".
Pero aquí no acaba el problema, ya que el resto del año también se ven afectados por estos árboles. "Están muy pegados a las viviendas y ya ha habido varios sustos. A mí las raíces me están desplazando el muro y tengo daños en el tejado. En otra vivienda se cayó una rama grande que rompió el muro", aseguran.
Estos vecinos han puesto varias reclamaciones en el Ayuntamiento. "En el año 2017 podaron, pero desde entonces nada más. Los árboles alcanzan una altura de casi 20 metros. Ahora desde el Ayuntamiento nos dicen que los trámites y los costes los tenemos que asumir nosotros y que ascendería a unos 20.000 euros".
Desde el Ayuntamiento nos dicen que son conscientes de la polinización de los árboles, que es algo puntual y estacional y que se produce desde hace 30 años, por lo que han reforzado la limpieza realizando diferentes acciones y han mantenido reuniones con los vecinos afectados.
Nos cuentan que, desde el año 2015, vienen realizando actuaciones de poda en estos ejemplares que, si bien son contundentes, no dañan el árbol. Además, la Ley de Arbolado de la Comunidad de Madrid prohíbe poder talar cualquier árbol que este sano y no presente ninguna enfermedad, como es el caso.
En cuanto a los daños estructurales a las viviendas que comentan los vecinos, afirman que se ha inspeccionado y emitido un informe técnico municipal que indica que el árbol se encuentra a 2 metros de distancia de la vivienda, cumpliendo de esta forma la normativa.