Hace nueve meses abría en la calle Ocaña de Aluche un bar-restaurante que se ha convertido en el infierno de los vecinos. Este mismo fin de semana la Policía Nacional se llevaba detenidas a ocho personas participantes en una reyerta a sus puertas. "Hay quien le da por cantar y hay quien le da por darse navajazos".
"Hay muchas peleas todos los días y el domingo ha sido la última. Se pegaron, se salieron en mitad de la calle, la gente tuvo que llamar a la Policía. Fue horrible". Los vecinos aseguran que el barrio ha pasado de ser tranquilo a estar "un poquito revuelto".
Este after ilegal con licencia de restaurante arresta varios incidentes violentos desde que abrió. Los locales de alrededor tienen claro qué hacer y cuál es el motivo por el que no consiguen cerrarlo.
"Cerrar un local no es tan fácil como parece. Si tú tienes tu licencia y tienes tus cosas y creas un problema, pero tienes tus cosas bien hechas, no te van a cerrar. Entonces el jaleo que tenemos es eso porque vienen a las 5 o 6 de la mañana y ya vienen puestos, se meten y luego salen pues peor. Si hay peleas y hay cosas dice, oye esto pasa en la puerta, a mí no me incumbe".
Inés y Guillermo tienen su piso justo arriba de la puesta de este local y están desesperados. "Todos los sábados, los domingos, los lunes, pero los martes, los miércoles a veces también y sale a las ocho de la mañana gente borrachísima, drogada, pasa de todo, a gritarse, peleas o si no ponen música en los altavoces".
Cristina lleva viviendo en este bloque 46 años y desde que el local está abierto siente miedo e inseguridad. Esta situación ya ha sido denunciada por los vecinos anteriormente y lo que piden es el cierre de este after infiltrado.