Torrejón de Ardoz pone en marcha, un año más, un servicio especial para la recogida de abetos naturales que los vecinos han utilizado para decorar sus hogares en Navidad y para que ahora tengan una segunda oportunidad.
Con tan solo una llamada, la Navidad termina para los torrejoneros. El municipio cuenta con un servicio de recogida a domicilio de 9:00 horas a 14:00 horas. Sin embargo, también podemos depositarlos hasta el próximo 16 de enero en el Punto Limpio Municipal, ubicado en la calle Verano, 26, del Polígono Industrial Las Monjas de lunes a viernes de 9:00 horas a 16:00 horas y sábados de 9:00 horas a 14:00 horas.
Tras un periodo de adaptación en el vivero municipal, los árboles en buen estado de conservación serán trasplantado en las zonas verdes de la ciudad, como es el Parque de Europa, mientras que los ejemplares que presenten algún defecto servirán para ser procesados como abono vegetal.
De esta forma, el municipio pretende evitar que los árboles acaben en los contenedores de basura y se les pueda dar una segunda vida. Pero eso no lo es todo, la Comunidad de Madrid ha arrancado también una campaña de recogida hasta el 31 de enero en El Retiro, en la puerta situada frente a la cuesta de Claudio Moyano y en la Casa de Campo.
En este caso, cabe destacar que los árboles que se entreguen deberán estar vivos y con el cepellón cohesionado y húmedo, incluso aquellos que hayan podido perder algo de hoja, sin que estén completamente secos. Además, no se recogerán ramas cortadas, ejemplares secos o abetos con el cepellón deshecho o sin raíces que posibiliten su recuperación.
¿Qué tipo de abeto navideño es mejor: artificial o natural?
El año pasado, Iván Delgado de Jardinería Viveverde nos hablaba de los pros y contras de adornar nuestra vivienda para las navidades con un abeto natural o artificial, tras la difusión de que para ser ecologista debemos comprar un árbol artificial, algo completamente falso.
El árbol de Navidad natural tiene efectos positivos sobre el medio ambiente: produce oxígeno a partir de CO2, mejoran la estabilidad del suelo, sirven de hábitat para los animales salvajes, son biodegradables y contribuyen al desarrollo económico.
Para muchas personas es una lástima cortar árboles de Navidad, pero estas plantaciones son agrícolas y se producen específicamente para estas fechas. También aumentan el nivel de oxígeno y reducen el efecto invernadero, además de que su sistema de raíces estabiliza el suelo influyendo así en la ecología ambiental y reduce el riesgo de inundaciones por erosión por viento o agua.
Por ende, los árboles artificiales están hechos de plástico, a su vez elaborado a partir del petróleo, una materia prima no renovable y contaminante, tanto durante la fabricación como durante la destrucción. Si un árbol de plástico se incendia, al no ser degradable, emite vapores tóxicos que son peligrosos para el medio ambiente, pero también para los humanos.
Su proceso de producción es caro en términos de energía y plástico que emite gases de efecto invernadero. Se necesitan años para amortizar un árbol de plástico en términos medioambientales en comparación con un árbol natural. Incluso si el árbol de plástico se reutiliza cada año, sigue siendo peligroso para nuestro planeta.