Cristina Ramírez es la quinta generación de guitarreros de 'Guitarras Ramírez', una empresa artesanal de construcción de guitarras españolas más importantes del mundo. Entre cuerdas y maderas susurrantes, esta tienda centenaria respira historia.
"Esta casa lleva desde 1882 cuando José Ramírez I se independizó de Ramiro González, que era su maestro. Continuó mi bisabuelo, José Ramírez II, con mi abuelo, José Ramírez III. Mi padre fallece en el 2.000 y mi tía continúa todo lo que es este oficio y se convierte en la primera mujer que toma las riendas de Ramírez, y es maestra en Ramírez y es constructora de guitarras en Ramírez", nos cuenta Cristina.
Cada guitarra, un eco de manos pasadas vibrando con pasión. "Heredar este negocio ha sido una responsabilidad porque mi familia ha aportado mucho al mundo de la guitarra y ahora nos toca a mi hermano y a mí".
Sobre todo, venden guitarra española, es decir, flamenca y clásica. Pero no solo las comercializan, sino que también las construyen a mano. "Las maderas que se utilizan en el flamenco habitualmente son, la tapa, abeto y, aros y fondo, ciprés".
Tradición, experiencia, calidad, innovación y profesionalidad. Mark Knopfler, George Harrison, John Lennon, Andrés Segovia, Manolo Sanlúcar o Carlos Santana son algunos de los grandes músicos que han tocado con guitarras de este comercio.
El precio de las guitarras va desde 190, que no son propias, a los 2.000 euros aproximadamente, las de estudio, y desde los 4.000 a los 20.000 euros las hechas a mano por ellos. José Enrique, también quinta generación de este negocio, es el artesano.
Para estos dos hermanos, Víctor Monge, el conocido guitarrista Serranito, es como si fuera de la familia. Su abuelo le cuidó durante su juventud. "No solamente se hizo responsable, en todos los aspectos, de la guitarra, sino también dándome consejos".
La clave del éxito ha sido atender y escuchar las exigencias de los grandes músicos hasta convertirse en uno de los talleres de guitarras más prestigiosos del mundo.