Los vecinos de la calle Julián Romea están hartos de que cada fin de semana se repita la misma situación. Decenas de jóvenes se reúnen para pegarse a la salida de una conocida discoteca madrileña y a las puertas de varios locales de copas.
De jueves a sábado son constantes las peleas, la aglomeración de gente, el ruido y la venta de alcohol a menores. Los vecinos no pueden más y aseguran que acceder a los portales de sus viviendas les supone un problema en estas circunstancias.
Además, algunos jóvenes afirman que se acercan a la zona por el simple hecho de pegarse, pero no dudan en volver allí otro fin de semana más.