Fueron los primeros en vender jabón el polvo (años 40) y hoy luchan por sobrevivir vendiendo todo lo necesario para el hogar, incluso productos difíciles de encontrar en el mercado como el sulfato de cobre o el bórax en polvo.
La droguería Álvarez tiene, en apenas 80 metros cuadrados, hasta 10.000 artículos diferentes. En Madrid Capital solo quedan media docena de establecimientos como el de Augusto. Es un auténtico superviviente en un mundo digital con precios más competitivos.
Polvos de talco al peso o cepillos de escoba hechos con pelo natural son algunos de los productos que podemos encontrar en esta histórica droguería.
En este establecimiento todo se hace a mano, desde los cartelitos con los precios hasta las cuentas y los tickets. Y es que todos los remedios de nuestros abuelos los encontramos aquí.