Los vecinos del barrio de Delicias están completamente desesperados y ya no saben qué hacer. Al parecer, todos los días, alrededor de las ocho de la mañana, una señora se dedica a dar de comer a las palomas, esparciendo por las calles pienso y pan duro para alimentarlas, lo que ha generado una superpoblación.
Llevan con este problema desde hace tres años y lo han denunciado en numerosas ocasiones, pero la situación cada vez va a más. También han intentado hablar con la señora, pero les es imposible. La señora se enfrenta a los vecinos y les amenaza con denunciarles.
Otro de los grandes afectados son los bares, ya que se pasan todo el día limpiando los excrementos de las terrazas para que los clientes se puedan sentar. Los vecinos del barrio nos cuentan que consiguieron hacer un pequeño pacto con ella para que no tirase comida por las calles, pero lo incumple.
Ya no saben a qué recurrir. Entre tantas cosas, tapan los aires acondicionados con el objetivo de que no se les termine obstruyendo con tanta suciedad.
Dar de comer a las palomas
A pesar de que dar de comer a las palomas sea un gesto inofensivo supone ciertos riesgos para la salud, ya que estos animales transportan enfermedades como la salmonelosis, la histoplasmosis y la criptococosis.
También son portadoras de parásitos en sus plumas, que en contacto con las personas pueden provocar desde diarreas o dolores de cabeza agudos a enfermedades como alergias y hepatitis. Además de transmitir otras plagas de animales como pulgas, ácaros, chinches y arácnidos.
En cuanto a sus excrementos, tienen un elevado efecto corrosivo, ocupan y obstruyen agujeros de ventilación y ensucian. El Ayuntamiento de Madrid, para conseguir minimizar los problemas asociados con las palomas, aconseja tener en cuenta una serie de normas:
- No alimentarlas, ni de forma directa ni indirecta.
- Evitar la existencia de zonas encharcadas, sobre todo en patios o jardines, que puedan ser foco de atracción.
- Evitar las posibilidades de refugio y anidación de las palomas en los inmuebles.
- Adoptar medidas de protección de la edificación, para así evitar el acceso o posado de las palomas en los inmuebles.
Si persisten las personas advertidas formalmente por los agentes de la autoridad de las consecuencias de su acción podrán ser sancionados con una multa que oscilaría entre los 150 y 750 euros.