Conocemos la historia de Juan Zamora, un vecino de Majadahonda, que crea partituras de música con las hojas de los árboles agujereadas por los insectos.
Todo empezó hace unos años cuando fue invitado a un proyecto en Amsterdan sobre sostenibilidad y arte. Allí se encontraron con un problema de pulgones en las hojas de las plantas del huerto con el que contaban.
Fuera de desanimarse, Juan decidió aprovechar esta ocasión para crear música, dado que desde siempre ha sido un gran autodidacta para ello. A través de esas hojas que presentaban agujeros comenzó a crear partituras y plantillas musicales para tocar en las cajas de música con manivela.
Para ello, superpone la hoja agujereada a una partitura para conformar las notas musicales y después las lleva a los músicos para que las interpreten con sus propios instrumentos. Esta técnica la ha llevado a distintas partes del mundo como a la Orquesta Nacional de Yucatán, la cual está preparando una banda sonora que ha traducido de unas ramas a partituras musicales.
Ahora está perfeccionando otra técnica también disparatada. Cultiva bacterias en un bote de agua para luego superponerlas en una partitura y convertirlas en melodías. Además, esta técnica la está desarrollando junto a la Universidad Pública de Venecia.