Ochenta centímetros separan a una treintena de familias de Móstoles de sus casas. La constructora levantó la verja que rodeaba la finca de manera irregular, invadiendo 80 centímetros de la acera. La verja se modificó para adaptarla a la norma municipal y ahora no cumple otra norma que exige una distancia mínima de 5 metros con la fachada.
Como consecuencia, el Ayuntamiento no les da la cédula de habitabilidad. Los miembros de la promoción llevan un año esperando para entrar a sus casas cuando han pagado ya el 20% del valor de los pisos.
Para muchos de ellos, la única opción que les queda de momento es vivir con sus familias a la espera del visto bueno en sus casas.