La abuela de Cristian falleció por coronavirus en plena pandemia y vivía sola en un piso de Getafe, el cual lo heredó la familia. Finalmente, decidieron venderlo, cosa que no les fue fácil por la situación de crisis en la que nos encontramos.
Por suerte, consiguieron un comprador dispuesto y, tras recibir la fianza, se reunieron el pasado 25 de febrero para firmar el contrato de venta del piso, pero se encontraron con la sorpresa de que la cerradura estaba cambiada y el piso okupado.
Fue entonces cuando la familia desesperada decidió hablar con los okupas. Acto que terminó en discusiones, empujones y, al evitar que cerraran la puerta de la vivienda, los okupas clavaron un cuchillo en el pie al padre de Cristian.
Tras esa revuelta, la familia ha intentado hablar de nuevo con los okupas para ofrecerles una negociación pacífica para que se marchen del piso. Negociación que ha dado sus frutos por una cuantiosa cifra de dinero a cambio de la entrega de la vivienda.