"No hay sitio, estamos hacinados". Así describe Jesús Medina, médico geriatra desde hace 11 años en el Hospital Severo Ochoa de Leganés el estado en el que se encuentran ahora mismo en la atención del servicio de urgencias.
Hasta 230 pacientes le esperaban a él y al resto de personal que arrancaba el turno para poder ingresar. "Están en sillas de plástico, en espacios que no son aptos para que un paciente pase la noche".
Medina ha descrito una situación especialmente dramática que durante el día de hoy se han encontrado al tener que acompañar a varios pacientes menores de 70 años que habían sido desestimados para recibir cuidados intensivos y han fallecido en la sala de urgencias.