Javier Castillejo es nuestro boxeador más laureado. Gran encajador, en plena carrera tuvo que regresar a su antiguo oficio, pintor, hasta esperar su oportunidad.
"Empiezo en el mundo del boxeo porque desde siempre me han atraído los deportes de contacto. Siendo un chavalín practiqué kárate y luego me pasé al boxeo porque me amigo un amigo del barrio", señala Castillejo.
El boxeador de Parla añade que "me enganché al boxeo, empecé a competir como amateur y así hasta pasar a profesional, estuve 21 años boxeando profesionalmente".
El apoyo de su mujer, Marta Muñumel, siempre cerca del rincón, fue clave en su trayectoria profesional: "Ser la mujer de boxeador, igual que la de un torero, no es nada fácil. Tenemos que estar hechas de otra pasta porque hay que aguantar entrenamientos, concentraciones... tratarle con mucho mimo. Se juega la vida y hay que estar a la altura".