Los negocios artesanales pasan por dificultades a las que se suman situaciones como las derivadas por la pandemia y por la subida de precios de los proveedores.
En esa situación, se encuentra Broncista Navarro, un comercio del barrio de Malasaña que fundó en 1875 el bisabuelo de José María Navarro que es su actual propietario.
Navarro ha explicado que la situación ya era complicada tras la crisis de 2008 y a eso se sumó que en el primer trimestre de 2020, tuvo que cerrar por la pandemia y se quedó sin ingresos. Una vez superado el encierro, sí que tuvo unos primeros momentos de afluencia de muchos clientes interesados en restaurar los elementos decorativos que tenían en casa.
El responsable de este negocio artesanal reconoce que han cambiado mucho las cosas desde que su bisabuelo inició la actividad puesto que antes éramos más propensos a arreglar las cosas y ahora lo somos menos.
Otro factor que ha incidido negativamente en la actividad de Broncista Navarro es la subida de precios, especialmente de la luz cuya factura se ha multiplicado por tres en el último año. De hecho, la compañía con la que trabajan les subió unilateralmente el precio del kilowatio a primeros de año de 0,21 a 0,47 euros sin que hayan podido hacer nada para cambiarse.
De cualquier manera, el trabajo de José María Navarro mantiene las tradiciones que le ha transmitido su padre y que éste a su vez, recibió del abuelo. Tan sólo ha incorporado alguna máquina para abaratar costes pero en líneas generales, sigue siendo un trabajo eminentemente manual.
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