Samarkanda es la segunda ciudad más grande de Uzbekistán y una de las más antiguas del mundo.
Históricamente era muy importante porque era el corazón de la famosa 'Ruta de la Seda' que, para el que no lo sepa, era una extensa red de rutas comerciales terrestres y marítimas.
La joya de esta ciudad es la Plaza Registán, que ha ido ganando popularidad a nivel internacional, a pesar de que Uzbekistán no es un destino muy turístico.
Y no es de extrañar que todo el que pase por aquí se enamore de sus hermosa arquitectura.
La plaza está rodeada por grandes madrasas, el nombre que reciben en la cultura área las escuelas religiosas, es decir, los edificios dedicados a al estudio y aprendizaje del Corán.
Y si el exterior de estas construcciones es impresionante, el interior no deja indiferente a nadie con sus paredes cubiertas de oro.
Lo mejor es que en este lugar, además de conocer su arquitectura fascinante, puedes tomar un tentempié y hasta hacerte con productos típicos de la zona como trajes o cerámica en las tiendecitas ubicadas en las antiguas habitaciones de los estudiantes.