El castillo de Praga es un ejemplo único de edificación medieval. En realidad, se trata de un conjunto arquitectónico que insumió casi 1.000 años de trabajos y que se conforma como la construcción más importante de todo el país.
Durante siglos este castillo albergó el centro del poder, donde se reunían en su interior el alto clero, la nobleza, los paladines, los defensores del rey y, por supuesto, el propio Rey, que era quien dictaba las leyes y tenía el poder total.
Fue en el siglo IX cuando empezó a levantarse esta fortaleza, que a día de hoy es la fortaleza medieval más grande del mundo. Durante su construcción fueron apareciendo más templos en el interior de este castillo medieval, nuevas murallas, y un palacio real de piedra. Ya en el siglo XII se había convertido en una gran ciudaDela románica desde donde se emanaba todo el poder.
Después de muchos siglos, finalmente su construcción terminó en el siglo XX, donde se dio por finalizada una obra de una inmensa magnitud, en la que la mezcla de estilos y los edificios civiles y religiosos permiten al visitante encontrarse casi con todos los estilos arquitectónicos que hemos tenido en Europa.
Entre estas edificaciones se encuentra la catedral y la residencia del presidente de la República Checa, y muy cerca el “callejón del oro”, con casas bajas muy curiosas, construidas en el siglo XVI, y en cuyo número 22 vivió durante algún tiempo Franz Kafka, autor, precisamente, de la famosa novela inconclusa “El castillo”.