El aumento de bicicletas, sobre todo de alta gama, a raíz de la pandemia ha hecho que este medio de transporte se haya convertido en elemento codiciado de los ladrones.
La detención de un grupo dedicado al asalto de trasteros en Móstoles y Alcorcón ha dejado al descubierto este nuevo objetivo de cacos y rateros.
Cada vez más aficionados se gastan enormes cantidades en bicis de montaña y carretera, que pueden oscilar entre los 8.000 y los 16.000 euros, lo que ha provocado carestía de piezas y largas listas de espera.
Las nuevas monturas valen miles de euros, por lo que los ladrones han visto una nueva oportunidad de ganar dinero vendiendo piezas robadas.
Junto al incremento de robos en trasteros, también están aumentando los que se producen en establecimientos dedicados a la venta o alquiler de bicicletas.