Algo que se podría considerar todo un subgénero en esto de los testimonios son los conflictos familiares. Si no te atrevías a decirle algo a tu propia familia, nada como ir a uno de estos espacios a confesar lo que fuera delante de toda la meseta. Unas veces, nuestros protagonistas iban a estos programas a darle un disgusto a su madre y, de paso, librarse de la colleja gracias las cámaras que había delante. Otras veces la madre iba directamente a cantar las cuarenta a sus hijos y a dar la colleja en directo...
Estos programas eran un sitio donde humillar tranquilamente a tus hijos y que se les cayera la cara de vergüenza hubieran hecho lo que hubieron hecho.