A buen seguro, tú también conoces a alguien que no puede despegarse de su teléfono móvil ni un minuto. Esto le ocurre a nuestro particular invitado, que tiene que asistir a terapia porque cogió el móvil cuando su mujer iba a dar a luz, y cuando volvió a dejarlo la niña estaba haciendo la primera comunión.
"¡Qué yo no soy adicto al móvil! Palabrita del Niño Samsung", asegura durante el tratamiento, y su psicóloga proponer ir reduciendo su consumo de datos progresivamente, hasta que llegue a utilizar un móvil sin Internet.