Es puente y la Sierra de Madrid ha vuelto a llenarse de turistas. Algunos para disfrutar de los tres días de descanso y otros hacen escapadas cortas para pasar el día.
Uno de los destinos preferidos es Patones de Arriba, en la Sierra Norte de Madrid. Allí, en estas jornadas, la afluencia es muy alta. Los visitantes están encantados con el paisaje y la fisonomía de este pueblo de piedra. Los hosteleros también porque está funcionando el negocio.
Pero para los vecinos residentes, estos días de tanta visita suponen una alteración en sus vidas. Llegan a autoconfinarse para no mezclarse con los turistas y protestan por los problemas de movilidad y aparcamiento. "No estamos en contra, pero que se haga de una manera sostenible", dicen.