La pandemia ha cambiado muchas cosas, también el negocio de la prostitución que ha aumentado su presencia en internet tanto para atraer a clientes como para captar en redes sociales a víctimas de trata.
De esta forma se está trasladando cada vez más de la calle o clubs a pisos en las ciudades que muchas veces pasan inadvertidos.
Las luces de neón de los clubs de alterne están siendo sustituidas por el marketing en internet, por anuncios muy explícitos.
Antonio Ariño, sociólogo de la Universidad de Valencia ha realizado un estudio sobre la prostitución en el que ha analizado cerca de medio millón de anuncios. Una de las conclusiones confirma que los prostíbulos se están trasladando de los clubs a pisos. Algo que también confirma la policía nacional para los casos de trata y explotación.
A ello ha contribuido el cierre de los locales en el confinamiento y que son más complicados los controles policiales en pisos.
La policía adapta sus procedimientos y cada año libera a medio millar de víctimas que suelen ser captadas en sus países por Instagram o Facebook.