El Ayuntamiento de Madrid facilita alcohol y un lugar donde beber de forma controlada a las personas sin hogar
El Consistorio les facilita en dos albergues el consumo de alcohol, limitándoles la ingesta para rehabilitarles
Podrán beber en una sala aneja que está siempre vigilada
MERCEDES HERMIDA
El consumo de alcohol está prohibido en los albergues. Una norma que no anima a las personas sin hogar a dormir en ellos. Por eso, el Ayuntamiento de Madrid ha habilitado una sala para que los usuarios puedan beber de forma controlada. La llaman 'Sala de reducción del daño', porque el objetivo es conseguir que reduzcan la ingesta de alcohol.
Miguel es uno de los usuarios. Tiene 42 años, los últimos durmiendo en la calle: en un cajero, bajo un paraguas, en Príncipe Pío... Es alcohólico y quiere recuperar a sus hijos. Está en este programa combatiendo su adicción al vino y nos lo cuenta a Telemadrid.
Cada hora acude a su “toma”, como así llaman a la dosis que los propios trabajadores de Samur Social le facilitan en el Centro abierto para personas sin hogar 'La rosa' (Argüelles). Samur Social detecta casos como el suyo en la calle y ofrece a estas personas acudir a 'La rosa' o al centro 'Puertas Abiertas' de Carabanchel. Aquí les motivan para entrar en el programa.
El consumo, a partir de entonces, será controlado y pautado por horas según el grado de adicción que tengan. Si el usuario tiene algún tipo de ingreso, traerá su propia bebida. Si no lo tiene, se lo facilita el centro, porque, como afirma Darío Pérez, jefe de departamento de Samur Social, “ese alcohol que se toma es como si fuera una medicina”.
Los usuarios beben vino, cerveza o, incluso, bebidas de alta graduación. Como es un programa experimental, desde 2018, han ido haciendo cambios en el método y han observado que los que empezaron bebiendo vodka han pasado tomar bebidas de más baja graduación. De esta manera, reducen la entrada en urgencias por accidentes o caídas y tienen menos visitas al médico, porque mejoran su estado de salud.
“Se reducen los problemas gástricos, hepáticos o el deterioro cognitivo”, afirma Pérez.
En la capital, hay 2.770 personas sin hogar. Hasta 2.120 duermen en alojamientos provistos por el Consistorio, ya sean centros municipales, pisos o pensiones. Pero en torno a 650 siguen durmiendo en la calle.
El Ayuntamiento quiere extender el programa a todos sus centros de baja exigencia. El objetivo, dice Pepe Aniorte, delegado de Familias, Igualdad y Bienestar social, es dignificar la atención a las personas sin hogar.