En 2004, la constructora Sacyr quería hacerse con el control del BBVA. La entidad bancaria contrató al excomisario Villarejo para buscar trapos sucios de los que querían sacar a Francisco González de la presidencia del banco, mediante escuchas telefónicas que recibieron el nombre de “Proyecto Trampa”. Ahora los afectados por estas escuchas estudian demandar al BBVA.
La entidad compró una serie de llamadas telefónicas en las que participaron, entre otros, la exvicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que en una de sus llamadas contactó con el Banco Santander para que se sumara al asalto del BBVA, asegurando que contaba con el apoyo de Zapatero.
Los principales promotores de este cambio en la dirección del BBVA fueron el presidente de Sacyr, Luis del Rivero y Miguel Sebastián, por aquel entonces jefe de la Oficina Económica de Moncloa en el Gobierno de Zapatero.
El “Proyecto Trampa” tuvo un coste de medio millón de euros para la entidad financiera, pero al BBVA le puede salir mucho más caro si finalmente los afectados por las escuchas deciden interponer una demanda colectiva.