Boeing ha decidido detener temporalmente la fabricación de su polémico modelo 737 Max a partir del próximo mes de enero, una decisión que afectará al sector y a la economía estadounidense por la magnitud de la compañía.
Este modelo estuvo implicado en dos accidentes aéreos mortales de gran magnitud en octubre de 2018 y marzo de 2019, producidos por un fallo en su software y que ha sumergido a Boeing en una crisis sin precedentes, sobre todo después de que la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) no permite volar al 737 Max al menos hasta febrero, a la espera de mejoras en el aparato.
Según ha recordado Boeing en un comunicado, que dice contar aún con aproximadamente 400 aviones almacenados de este modelo, "anteriormente habíamos declarado que evaluaríamos continuamente nuestros planes de producción si la puesta en tierra del Max continuaba más de lo esperado".
"Como resultado de esta evaluación continua, hemos decidido priorizar la entrega de aviones almacenados y suspender temporalmente la producción en el programa 737 a partir del próximo mes", subrayó la compañía, que cree que ahora es "nuestro deber asegurarnos de que se cumplan todos los requisitos y se respondan todas las preguntas de nuestros reguladores".
En este sentido, Boeing abundó que "devolver de forma segura el 737 Max al servicio es nuestra principal reto".
Boeing cree que su decisión es menos perjudicial para mantener el sistema de producción a largo plazo y la salud de la cadena de suministro.