El Campillo, indignado por los reproches

Los vecinos del pueblo de El Campillo (Huelva), donde vivía la joven profesora Laura Luelmo, están destrozados por el crimen e indignados.

Indignación con el detenido, pero también están molestos por los reproches en las redes sociales sobre por qué no advirtieron a Laura de la presencia de Bernardo en el pueblo.

Nada ha sido igual para los campilleros desde que el pasado jueves conocieron la desaparición de una joven a la que la mayoría no conocía, de la que contaban que acababa de llegar hace unos días porque estaba cubriendo una baja en el instituto de Nerva, un pueblo cercano.

Indignación

Sabían quién era Bernardo Montoya, un hombre de unos 50 años, con un hermano gemelo, condenado a 17 años y siete meses de cárcel por haber matado en 1995 a una anciana en Cortegana (Huelva), de donde es natural, y que había llegado al pueblo hace poco más de un mes después de salir de la cárcel y se había instalado en una casa que es de sus padres en El Campillo.

Indignación de unos vecinos que aún no llegan a entender cómo ha podido pasar algo así en un pueblo tranquilo.

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