El Chicle toma la palabra para pedir perdón a la familia de Diana Quer
AGENCIAS/REDACCION
El único acusado por el asesinato de Diana Quer, José Enrique Abuín Gey, el Chicle, ha hecho uso de su derecho a la última palabra para pedir "nuevamente perdón" a la familia de la víctima ante el jurado popular que debe dirimir su grado de culpabilidad.
"No tengo nada más que añadir a lo que dijo mi abogada, pedir nuevamente perdón", ha manifestado sucintamente el Chicle, con lo que se ha puesto fin este martes a una vista en la que han prestado declaración medio centenar de testigos y 40 peritos para esclarecer el crimen, cometido el 22 de agosto de 2016.
La acusación particular que ejercen Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel, los padres de Diana, al igual que el Ministerio Fiscal, exigen para el acusado prisión permanente revisable por detención ilegal, asesinato alevoso y agresión sexual.
La abogada que por el turno de oficio representa al Chicle, Fernanda Álvarez, mantiene su petición de dos años y medio por un homicidio imprudente, pero contempla como subsidiaria la solicitud de homicidio doloso con una condena de entre cinco y siete años.
La letrada defensora ha asegurado que la petición de prisión permanente revisable la justifica la venganza. Por ello, ha advertido al jurado de la posibilidad de que se hayan "sobresugestionado": "Ustedes no se pueden convertir en una herramienta de la venganza", ha sentenciado.
A partir de ahí, su alegato se ha basado en tres pilares. Humanizar al acusado, desprestigiar la investigación y arremeter contra periodistas. Asegura que se han vulnerado derechos constitucionales, que ha sido un proceso inquisitivo con una falta de rigor escandalosa.
La letrada ha comenzado el desarrollo de sus conclusiones, en la última jornada del juicio, mencionado su "respeto" a la familia Quer y a su dolor, al tiempo que ha recordado que su defendido "no es inocente", si no culpable de la muerte, si bien accidental, y de haber "lanzado" el cuerpo de Diana a un pozo, algo que "es horrible". "Es un dolor permanente, pero no justifica la prisión permanente", ha añadido María Fernanda Alvarez, para incidir en que la pena que está en juego es "la cadena perpetua".
En este sentido, ha garantizado que la intención de su defendido no era "hacer daño a la familia" y "ultrajar el cadáver" cuando la llevó a Asados, sino "ocultarlo". "No le era exigible entregar el cadáver a la familia, como al que causa lesiones no le es exigible curar las heridas", ha dicho la abogada, que ha hecho varias referencias a la justicia de la "edad media" para revindicar el "ejercicio de los derechos constitucionales" que implica que "no esté obligado a confesarse culpable".
En su alegato, que ha durado más de dos horas y cuarto, ha criticado el papel y la "toxicidad" de los medios de comunicación, que "hasta han privado de nombre y de apellidos" a Enrique Abuín. "Es una persona, y le han tratado como a un monstruo", ha dicho la letrada, para quien el acusado "no tiene maldad".
Tras las sesiones de juicio, la defensa se ha ratificado en su versión de que los hechos fueron accidentales y ha pedido a los jurados que "piensen con la razón, no con el corazón", ya que "hoy está aquí José Enrique, pero mañana puede estar cualquiera".
Por ello, ha reclamado que se tengan en cuenta las pruebas y no las "suposiciones", que "conducen a engaño" y ha reiterado que "no hay pruebas" para confirmar que el acusado cometió el crimen como narran la acusación y la Fiscalía, si no "una obsesión por inculpar a Chicle".
La abogada considera "que no ha habido un procedimiento justo" y con "igualdad de armas", teniendo en cuenta que ella ha trabajado con medios de una defensa de oficio, y que se "han vulnerado de manera sangrante derechos constitucionales". "Hemos retrocedido a la justicia medieval, ha primado lo subjetivo sobre lo objetivo y la suposición sobre la prueba", ha lamentado.
Para la defensa, los datos "falsos" de los investigadores fueron "presentados" para "crear el discurso" de que Enrique Abuín era un supuesto "depredador sexual", algo que ha descartado.
En conclusión, ha lanzado la hipótesis de que todo ello haya llevado a la "sobresugestión" y a "crear un personaje" para Enrique Abuín. "No estamos juzgando a nadie por petardo, baboso o ligón, si no por asesino. ¿No nos habremos sugestionado? ¿Han pensado una décima de segundo: y si no lo hizo?", ha propuesto.
Datos falsos "a sabiendas"
Para María Fernanda Alvarez, los investigadores "han partido de un dato falso a sabiendas", la ubicación de Diana aquella madrugada que, ha argumentado, si pudo haber entrado por el callejón hacia la calle Venecia donde El Chicle dijo que se encontró con ella. Del mismo modo, ha hecho hincapié en la conversación "distendida" que estaba manteniendo con otro amigo al tiempo que mandó el mensaje diciendo que alguien la había increpado.
"Se quiere meter con calzador que Diana estaba en el paseo marítimo, y es enrocarse en una mentira", ha ratificado la letrada, para quien "no hay ninguna prueba" de que la estuviese acechando, nadie vio el vehículo y las posiciones GPS "no son irrefutables".
También ha incidido en que no se encontró en el cuerpo de Diana lesiones o pruebas de ADN que puedan determinar que sufrió una agresión sexual y ha cuestionado que pueda producirse una violación "sin violencia".