En verano tiramos a la basura más alimentos sin utilizar que en invierno. Concretamente, en los meses de julio y agosto el incremento de los desperdicios es un 11% más que en el resto del año.
Por eso, el Ministerio de Agricultura ha lanzado una campaña para evitar, o por lo menos para reducir, este tipo de prácticas. Medidas como comprar solo lo necesario, lo que se vaya a consumir en un periodo máximo de dos días, o ajustar las raciones de los alimentos adquiridos para congelarlos y que así no se estropeen.
La fruta, los huevos y la leche son los productos a los que mas afecta el calor, y por ende, los mas sencillos de echarse a perder.
Pero esta práctica no ocurre solo con los productos que adquirimos en el mercado, el 52% de los alimentos preparados que se tiran son en verano.