Aún no se sabe con certeza que pasará con las 121 personas, de origen libio, rescatadas por la organización Open Arms. Actualmente se encuentran frente a la isla de Lampedusa, al suroeste de Italia, pero el gobierno de dicho país ha prohibido su llegada.
Valencia y Barcelona se han ofrecido como posibles puertos para acoger el barco y a los refugiados. También Extremadura se ha ofrecido a que se derive allí a los inmigrantes del barco que lo necesiten.
La situación es más delicada de lo que parece ya que, al igual que sucedió con el Aquarius, las autoridades ya prohibieron a la organización la búsqueda de barcos en peligro con multas de hasta 900.000 euros si contravenían la decisión.
Con el fin de desbloquear esta situación, el Gobierno vasco ha propuesto al Ejecutivo español acoger a los rescatados en el Mediterráneo por la embarcación Open Arms entre las distintas comunidades autónomas a través de porcentajes establecidos en función de la población, la renta y el desempleo existente en cada una de ellas.