Comienza la vendimia en nuestra región y lo hace con una previsión de cosecha menor que la del año pasado a causa de las pocas precipitaciones que ha habido en los últimos meses.
Aún así, la uva ya está lista y los trabajadores se afanan en cortar los racimos con sumo cuidado en la zona de San Martín de Valdeiglesias.
Los jornaleros arrancan racimos en la finca desde las 6 de la mañana, allí hay 2.200 cepas de albillo real, una uva blanca, castiza, autóctona de Madrid y cuya producción va a doblar la del año pasado.
A finales de agosto, primeros de septiembre será el turno de la vendimia de la garnacha y otra variedades con las que se elabora el vino tinto, y es en ese tipo de uva donde se espera que la producción sea inferior a la de los años anteriores.
La buena uva de Madrid nos deja con que el consumo del vino de Madrid no solo crece en nuestra comunidad, sino más allá de nuestras fronteras, en países como Dinamarca, Japón o Canadá.
Además, afirman los dueños de la finca que cada año trabajan menos españoles y hay más gente de otros países, ya que es un trabajo muy duro por el que cobran, apenas, 55 euros al día por una jornada calurosa, agotadora e intensa de trabajo.