La niebla es una trampa. De hecho, se ha convertido en la segunda causa de mayor siniestralidad en la carretera, por lo que nuestra manera de conducir ante estas situaciones debe cambiar radicalmente.
La niebla 'de radiación', como la que provocó el accidente mortal de la A-4 en Ciudad Real, "es la más peligrosa, ya que el aire está saturado de humedad y tiene una mayor densidad", explica el meteorólogo de Telemadrid, Antonio López.
Puede producir accidentes en cadena muy graves cuando no se mantiene una distancia de separación adecuada a las condiciones de visibilidad.
Un fenómeno que se asocia al invierno y que requiere tomar todas las precauciones posibles al volante. Los expertos recomiendan reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad y, sobre todo, no poner nunca las luces largas, sino las antiniebla y también las de cruce o posición.
Es aconsejable poner la calefacción dirigida al parabrisas para evitar que se empañe y reste aún más nuestra visión al volante. "Conducción relajada y vigilante", resumen los expertos, quienes advierten de no andar cambiando de carril y no realizar movimientos bruscos.
En definitiva, prudencia y concentración en la carretera.