El debate sobre si los españoles deben de cambiar sus horarios para que sean más racionales ha estado siempre presente, pero la pandemia ha obligado, en especial en pleno confinamiento, a cambiar algunos de los hábitos para adaptarlos a las restricciones establecidas.
España sigue siendo uno de los países europeos en los que más horas se trabaja lo que dificulta, a menudo, la conciliación familiar y laboral. De este modo los españoles trabajan al año de media 300 horas más que por ejemplo un alemán.
Las restricciones han hecho que hayamos adelantado la hora de cenar, sobre todo si lo hacemos fuera de casa, ya sea en un restaurante o terraza, debido a los horarios impuestos para frenar los contagios.
Algunos de estos hábitos han llegado para quedarse, aunque seguimos siendo los europeos que más tarde comemos o cenamos.
La subida del precio de la luz y el cambio tarifario puesto en marcha desde el 1 de julio, por el que se penaliza el consumo en hora punta y se premia el que se realiza desde medianoche a 8 de la mañana, así como los fines de semana también ha influido en el cambio de nuestros horarios.